En esa competencia, los juegos
como manifestaciones masivas tomaron formas de deporte. Los más
importantes y los más antiguos eran los Juegos Olímpicos, pero
existieron otros de menos importancia como los juegos de Nemea
en honor a Hércules, los Istmitos en honor a Neptuno, las Hereas en
honor a Era (dirigidos y organizados por y para mujeres), los
Píticos en honor al dios Apolo, y las Panateneas en honor
a la diosa Atenea
Entre las ciudades más
importantes estaban Atenas y Esparta.
Tres gimnasios se destacaban
en Atenas: la Academia, el Liceo y el Cynosarges. A la
Academia concurrían Platón y sus discípulos; Aristóteles, prefería el
Liceo. Esparta fue impulsora de las artes y
la filosofía, acogió artistas, poetas y filósofos procedentes
de toda el área del Mediterráneo y sobresalió también por el
desempeño de sus atletas. En el siglo VI llegó a ser la mayor potencia militar de Grecia, fue una milicia de profesionales
a los que se educaba desde la infancia en dos
cualidades: destreza militar y absoluta obediencia.
La belleza física
constituía en los espartanos uno de los medios más prestigiosos
de ganarse el respeto de sus conciudadanos, no en vano
se les atribuye la iniciativa de despojarse
de la vestimenta tradicionalmente empleada en la práctica y
la competencia deportivas para estar desnudos y ungir
el cuerpo con aceite de oliva. Olimpia y sus festivales
facilitaron la tarea de hacer ver a los griegos
la superioridad artística y deportiva de los espartanos.
(Barrow
& Brown, 1992).